En 2016 quise reunir a las asociaciones de productores de animación de cada país de la UE en una federación, Animation Europe, puesto que sabía que nos tendríamos que movilizar para que nuestros intereses se tuvieran en cuenta durante el desarrollo de la Directiva de Servicios de Comunicación Audiovisual que se votaría dos años después. El grupo de los doce miembros fundadores –entre ellos PROA, a través de su asociación federada ProAnimats– se ha ido ampliando a lo largo de los años hasta acoger actualmente a unos veinte países de los 27 que forman la Unión Europea.
Rápidamente nos dimos cuenta de que nuestros problemas a menudo eran los mismos en un país y otro. Teníamos ideas para resolverlos, pero nuestro círculo era demasiado reducido para esperar que las hiciéramos prosperar. Con la creación de ANIMAR, PROA ofreció a la animación europea el foro político que necesitaba para debatir las cuestiones económicas específicas de nuestro sector y reflexionar sobre las políticas públicas susceptibles de darles respuesta.
Por segundo año consecutivo, ANIMAR reunirá en Barcelona a más de ochenta expertos de 23 países del Espacio Económico Europeo que representan a los principales actores del sector –productores, distribuidores, emisores, plataformas, fondos regionales, fondos nacionales, altos cargos e instituciones–, quienes se dividirán en cinco grupos de trabajo para reflexionar sobre el futuro de la animación y formular propuestas concretas destinadas a apoyar su crecimiento y promover la cooperación europea.
En nombre de las asociaciones de productores que represento, me gustaría agradecer al ICEC, la Generalitat de Catalunya, el ICEX, el Gobierno de España y por supuesto a PROA por haber financiado y organizado este evento que tanto necesitaba nuestra industria y que, sin duda, contribuirá a establecer el lugar de Catalunya y España en la animación europea.
Solo por el hecho de abrir un diálogo entre profesionales de orígenes tan diversos, ANIMAR ya es un gran éxito. Pero tenemos que ser más ambiciosos y aspirar a hacer germinar, durante estos encuentros anuales, futuras políticas públicas, a escala europea, nacional o regional, que permitan que la animación ocupe el lugar que se merece, en las pantallas y en el corazón del público, empezando por los niños y niñas.
