Ventura Durall, director de Nanouk Films

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Recuerda si se te olvida…

Artículo de Ventura Durall, director de Nanouk Films, para el InfoPROA del 18 de diciembre de 2024

Hola, amigo:

La vida, siempre decías, es la búsqueda de un relato propio para explicar. Los films, digo yo, también. Nos preguntan (y nos preguntamos) por la génesis de la idea, cómo esta nos interpela, por qué somos las personas idóneas para desarrollarla. Buscamos una vinculación profunda con la historia que explicamos, conceptual y estética. Buscamos que nuestro proyecto tenga un alma propia. El trabajo del productor es crear este efecto Pigmalión en las obras que producimos, el vínculo entre el estado real de las cosas y nuestras expectativas, la chispa que cree lo auténtico, genuino. Un aliento de vida.

No es fácil hacer el propio camino y siempre es complicado alejarse de palabras ya gastadas: el tiempo se ha vuelto loco. Se le ha pasado el arroz. Algo hace olor a podrido en Dinamarca.

Siempre te reías de estas frases hechas. Pues bien, te gustará saber que escribo esta carta para brindar por aquellos que han pensado y propuesto mecanismos para encontrar este camino. Justo ahora terminamos un programa que se llama Dok.incubator, que ayuda a alinear a productores, directores y montadores, para buscar el corazón de cada proyecto sin caer en fórmulas preestablecidas. Para provocar crisis y empujar límites. Un mecanismo sofisticado para sacar el mayor potencial de cada proyecto y dotarlo de una mirada lúcida y de una luz que pueda iluminar el futuro.  Como tú siempre hacías. Ha sido una lección de humildad y un crecimiento personal y profesional que quería compartir contigo. Y te reirás, pero muchos de los tutores son justamente daneses. Y también hay muchos franceses, como en el camino que tú mismo te hiciste.

Ya acabo. Sólo me falta decirte que te echaré de menos, pero que te sabré encontrar siempre en esos artefactos que te lo hacen cuestionar todo, y que te hacen crecer y mirar el futuro desde una nueva perspectiva. Ya no te diré que te llamaré un día de estos y que tomemos una copa, pero sí guardaré tu contacto en la agenda para recordar que no te olvido o por si un día que me sienta triste y perdido necesito llamarte. Y como dijo Raimon, fins aquí la riuada. Saldremos más fuertes de la misma.

Un abrazo y hasta pronto. Allí donde estés.