«Otra productora no lo haría así» es una idea que a menudo nos escuchamos decir. Suele ocurrir cuando estamos en un rodaje y alguien se entera de que quienes estamos allí, con la cámara o sosteniendo la pértiga, somos los propietarios de la empresa. Esto despierta la curiosidad y decimos que sí, que seguramente otra productora lo plantearía de otra forma.
En realidad, lo que nos hace más conscientes de las particularidades de nuestra forma de organizarnos ha sido encontrarnos con otras cooperativas: colectivos de trabajadores con quienes compartimos formas de hacer, aunque pertenezcamos a sectores profesionales diferentes. Por ejemplo, el servicio de limpieza que tenemos contratado: la trabajadora que viene a poner orden en la oficina es socia de su empresa. Y cuando la empresa es una cooperativa de trabajo asociado, “socia” significa “propietaria”. Una propiedad compartida con el resto de compañeras y compañeros, que asegura una gestión democrática, basada en la aportación de trabajo y no del capital.
Las cooperativas cuentan con un código de valores éticos acordado a nivel internacional por las cooperativas de todo el mundo, como la solidaridad y la ayuda mutua, o la independencia de los poderes públicos. Son valores que una cooperativa asume de forma legal.
Eso sí, el encaje de una cooperativa de trabajo asociado en el sector audiovisual plantea algunos retos. Mantener una masa salarial estable no es fácil cuando la financiación para los proyectos no se presenta de forma regular. Sin embargo, en nuestra experiencia, la pertenencia a una cooperativa nos ha hecho más resilientes que si nos hubiéramos enfrentado a los avatares del sector cada uno por nuestro lado. Es una experiencia compartida con otras empresas de economía social, y nos planteamos si fórmulas como la de las cooperativas de plataforma podrían dar respuesta a cuestiones de precariedad e inestabilidad, o de eficiencia en la gestión de recursos, que enfrentan los freelancers con los que trabajamos.
Un principio vital para nuestro funcionamiento es el de la intercooperación. En el País Valenciano, la entidad más representativa de las cooperativas de trabajo asociado es FEVECTA. En su seno, está ahora mismo en proceso de estudio si las cooperativas federadas que trabajamos en el ámbito de la cultura podríamos constituir una sectorial. Este proceso ya está provocando que nos empecemos a encontrar, a conocernos y a dilucidar cuáles son esas cosas que cada una experimenta por separado como rarezas, pero que, cuando charlamos entre nosotros, nos damos cuenta de que son particularidades compartidas.


