La información se consume de la forma más breve posible. Y no es extraño, ya que en esta vorágine en la que vivimos, no queremos perder el tiempo en cuestiones menores. Incluso los artículos que leemos detallan el tiempo de lectura. Para este en concreto disponemos de dos minutos. Trataré de ser concisa.
El formato breve se impone en todas partes, pero sobre todo en los social media. La llegada de TikTok, Instagram Reels o Youtube Shorts ha provocado que los vídeos de una duración inferior a dos minutos consigan más visualizaciones que los que duran más. La reducción de estos contenidos ha devenido una prioridad en 2023, bajo riesgo de perder impacto.
Los productores no podemos ignorar este hecho, ya que necesitamos conocer bien estas plataformas para promocionar nuestros productos, aportar contenido extra o incluso crearlo. Ahora no hay proyecto sin una estrategia de social media bien desarrollada.
El año pasado hicimos un programa en Instagram y nos resultó muy complicado condensar los programas en cápsulas de dos minutos. Necesitamos más tiempo para desarrollar correctamente el contenido, pero los jóvenes que consumen estas plataformas no están dispuestos a dárnoslo. Si no te enganchan en menos de un minuto, pasas el dedo y vas al siguiente.
Para la generación Z, que prefiere enviar un mensaje por Instagram o Facebook antes que hablar por teléfono, TikTok ha avanzado a Google como buscador. Y es que más allá de los bailes y los challenges que impulsan los famosos e influencers, TikTok es el medio que los jóvenes de 18 a 24 años utilizan para informarse… En fin.
Mi duda es qué ocurrirá cuando el interés solo dure 30 segundos.


