A pesar de las incertidumbres, últimamente se han producido varios encuentros importantes en torno al documental, desde el Documenta Madrid y el protagonismo español en Cannes Docs hasta la celebración reciente del DocsBarcelona, que este año cambiaba de equipo directivo, un gran reto superado con buena nota y mejores expectativas.
La comunidad de documentalistas recupera su hiperactividad poniendo sobre las tablas un montón de proyectos nuevos y arriesgados, animada por una nueva generación de creadores y por los logros recientes de una ficción que bebe mucho de las narrativas del documental. Pero también pesan incógnitas, viejas y nuevas, respecto a la determinación de los programadores, la coherencia de las ayudas públicas y también, evidentemente, de la respuesta del público en un contexto de transformación constante y profunda del mercado.
El principal motor de los últimos años, las plataformas OTT norteamericanas, está gripando. Hemos pasado de producir series de investigación de calidad a un puñado de productos autoproducidos por estrellas de la prensa rosa más cercanos al reality que al documental.
En este contexto, la iniciativa vuelve a manos de las cadenas públicas y de nuevas OTT de nicho como la recién estrenada Caixaforum+.
El esfuerzo de subvención de las instituciones es importante, pero ahora debe adaptarse a las necesidades del sector: líneas específicas, nuevas pantallas, series, etc.
Asistimos también a un ligero repunte de inversiones y de energía en el documental por parte de las cadenas públicas, como mínimo de TVE y TV3, a la espera de lo que pueda ocurrir en las cadenas de la Forta con los cambios políticos y el giro hacia la derecha. La Historia no invita al optimismo.
Pero donde parece que no avanzamos en absoluto, al contrario, es en las condiciones contractuales y la cuestión esencial de la propiedad intelectual, un tema fundamental en el futuro hiper competitivo que se vislumbra. La vocación de ProDocs es crecer en todo el país y ser el referente de todos los productores de documental en defensa de los intereses comunes. Solo así podremos recuperar su prestigio perdido en la sucesión de crisis de la última década. Todo el mundo parece coincidir en la importancia del género, ahora es hora de actuar.
