El catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia José Sanmartín Esplugues definía la violencia como toda acción u omisión intencional frente a la agresividad, que es inconsciente y dañina. Puede ser de diversos tipos, de acuerdo con sus consecuencias: físicas, sexuales, psicológicas o económicas. Es importante destacar que la omisión de ayuda también es violencia. Mirar hacia otro lado nos convierte en cómplices. Todos somos parte del problema y de la solución. Lo difícil es saber qué es violencia y qué no.
En un oficio donde confluyen tantas voces, saber medir el proyecto que manejamos y crear sinergias es vital. Los conflictos muchas veces ocurren por un falso concepto de “traición” a lo que se “necesita contar” y a los recursos con los que se cuenta para hacerlo. Se hace necesario entonces estar unidos en una visión de conjunto donde la obra y el bienestar estén por encima de todo.
Otras veces, por desgracia, los conflictos atienden a cuestiones de abuso de poder, de discriminación o de sexo, la mayoría de las veces muy difíciles de identificar, soterradas bajo acciones encubiertas y de manipulación.
Nuestro oficio, por la propia estructura jerárquica, la falta de recursos, los altos niveles de estrés y los tiempos de producción, es propenso a generar situaciones de violencia. Todos podemos llegar a ser víctimas, pero también perpetradores, incluso de manera inconsciente. La toma de conciencia individual y colectiva es clave para generar transformaciones.
Tenemos por delante el reto de enfrentarnos al liderazgo y al conflicto desde otro lugar, poniendo en valor la inteligencia grupal, la colaboración y la comunicación asertiva frente al ego, el individualismo y las jerarquías. Los nuevos liderazgos implican espacios seguros de reflexión y de participación y esto necesita de entrenamiento y de tiempo.
Afortunadamente el sector está creando redes y recursos para concienciar, prevenir y actuar. La Acadèmia del Cinema Català u organizaciones como Dones Visuals o CIMA han dado un paso adelante en estas cuestiones.
Por su parte, la Asociación de Actores y Actrices Profesionales Valencianos (AAPV) y la Associació d’Empreses d’Arts Escèniques del País Valencià (AVETID) han presentado un Protocolo de Prevención y Medidas contra el Acoso por razón sexual, de género y/o abuso de poder. La Academia Valenciana del Audiovisual (AVAV), con la nueva junta, tiene como pilar fundamental de su programa trabajar conjuntamente con el sector en la creación de una Oficina de Prevención del Abuso, iniciativa promovida por la Asociación de Productores Valencianos AVANT.
Como decía el maestro y experto en Psicología de las Organizaciones Ismael Quintanilla, la gestión de personas está por inventar, es todo un reto por delante en el que trabajar.
Para quien esté interesado, recomiendo los libros La violencia y sus claves (Ariel Quintaesencia, 2013) y El laberinto de la violencia (Ariel, 2004) de José Sanmartín Esplugues, y Psicología del trabajo y de las organizaciones (Pirámide, 2013) de Ismael Quintanilla.
