El año 2017 ganamos el premio del Programa de Crecimiento Empresarial (ahora Sprint!) con el proyecto La Bestia, en aquel momento producido por Fitzcarraldo Films.
Recuerdo que cuando subí a recoger el diploma ante tantos productores con recorrido, pensé: “Quizás es aquí y ahora que has nacido, por fin, dentro de la industria del cine”. De alguna manera así fue, puesto que aquel premio fue el primero de muchos pasos que concluyeron con el estreno del largometraje el 6 de enero de 2022 en Netflix, en calidad de Netflix Original, y rebautizado con el título de El Páramo.
Con el premio económico, aquel octubre de 2017 nos apresuramos a rodar un teaser, puesto que pronto viajábamos a Buenos Aires, a Ventana Sur. Tener una pieza de venta como un teaser, sumado a los dosieres que creamos, fue determinante para que mucha gente nos escuchara (productores, distribuidores, agentes de venta) y también fue una clave que nos abrió la puerta a La Incubadora de la Ecam y al Filmmaker Lab del TIFF.
Rebuscando entre los emails de aquella época, me he transportado a un momento en que queríamos hacer una peli, pero íbamos muy perdidos. Teníamos ganas de hacer cine, pero estábamos muertos de miedo. No tengo ninguna duda de que lo más valioso del premio fue el acompañamiento humano, tanto de Adrià Monés (el tutor asignado para hacernos el seguimiento) como de la gente de PROA. Su generosidad y experiencia nos dieron luz en momentos de dudas.
La Bestia/El Páramo empezó en Sprint! y acabó siendo producida por Netflix y Rodar y Rodar. Se estrenó en la Sección Oficial del Festival de Sitges y, cuando llegó a la plataforma, se convirtió en el film de habla no inglesa más visto en todo el mundo durante dos semanas.
La película es una tragedia de terror, pero esta historia tuvo un final feliz.
