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Cine y escuela: una amistad para hacer crecer

Un artículo de Mireia Manén Calvet, Codirectora de El Meu Primer Festival
y de Modiband Projectes Culturals, para el InfoPROA del 20 de diciembre

Si ha tenido la oportunidad de pasearse por los pueblos y ciudades de nuestro país vecino, Francia, habrá observado que se conservan todavía los cines pequeños, de pueblo o de barrio, con sus butacas rojas y su encanto de sala de cine de toda la vida. Cines que trabajan de forma especial para cultivar nuevos públicos y atraer siempre a las nuevas generaciones de niños y jóvenes. Y lo consiguen con la complicidad y la ayuda de las administraciones públicas, por supuesto, remando todos a una, para que no se pierda el hábito de ir al cine con la familia o con la escuela.

Y no es una cuestión simplemente de nostalgia, o de romanticismo, es una cuestión sobre el modelo cultural y social que queremos conservar, construir o promover en nuestro país. En un momento en que la pandemia ha potenciado el ocio individual y doméstico, debemos promover más que nunca las experiencias culturales comunitarias. E ir al cine con la escuela es una de ellas.

Como entidad que trabaja desde hace años este binomio de cine y educación, echamos de menos un programa potente de fomento del cine con las escuelas, por diferentes motivos: por su potencial educativo, por su necesidad de estimular el espíritu crítico frente a la creciente oferta audiovisual, para fomentar las aptitudes artísticas y creativas de los niños y niñas, y para hacer comunidad.

El cine es una herramienta educativa magnífica e indiscutible. Los niños y niñas tienen ganas de divertirse, claro que sí, pero también necesitan entender el mundo, explorar lo que les rodea, conocerse más a sí mismos y aprender valores que les aporten seguridad y les ayuden a convivir con los otros y consigo mismos.

¡Fortalezcamos este vínculo de escuela y cine en nuestra casa y todo el mundo saldrá beneficiado!