Desde la aprobación de la norma de contratación de contenidos audiovisuales por parte de la CCMA, en febrero de 2016, esta define como principios y objeto la calidad, la creación de referencia y prestigio, la competitividad, la innovación… Pero la aplicación de dicha Norma penaliza directamente la inversión del productor, los beneficios, la contratación laboral, la calidad, la creación de referentes de prestigio, la R+D y la innovación creativa y tecnológica de las empresas proveedoras de contenido.
Se nos limitó el beneficio industrial al 10%, cuando veníamos del 15%, y se nos penaliza el éxito al 8% cuando hay renovación de segundas temporadas. También se nos quita capacidad de amortización de nuestras inversiones en recursos técnicos y humanos por la falta de beneficio industrial en estructura propia y costes para arrancar. Eso afecta de forma directa a la calidad, la creación, la competitividad y la innovación.
No se valoran económicamente las ideas originales ni la innovación. Se respeta y valora el formato cuando es de un tercero, pero se ignora la creatividad cuando es propia, exceptuando las “circunstancias excepcionales” que la Norma define muy vagamente (“originalidad, oportunidad…”).
La IP y los rendimientos de nuestras producciones originales se tienen que poder defender y acordar en un porcentaje de participación preestablecido, sin tener que desgastarnos en negociaciones personalizadas e individualizadas, ya que los acuerdos van del 0% al 65%, según el caso.
Los costes orientativos de los distintos géneros y formatos que establece la Norma no han aumentado ni se han actualizado en los últimos ocho años, aunque el IPC oficial durante el mismo periodo ha sido de +15,4%.
Las televisiones públicas de nuestro entorno europeo no aplican a las productoras estas condiciones de abuso. Tampoco tratan a las productoras como simples empresas colaboradoras en los créditos, porque entienden que después de crear, ofrecer, producir, financiar y generar contenido, son el auténtico motor de los contenidos audiovisuales.