Cada vez son más las iniciativas para frenar la crisis climática en todos los sectores económicos, y obviamente también al audiovisual. La importancia de empezar a producir desde una mirada diferente es ya inaplazable.
La movilidad, a través de vehículos sostenibles o transporte público; la energía, con el uso de opciones limpias y renovables, y el cátering, libre de plásticos, de kilómetro cero y respetuoso con el medio, son probablemente los tres elementos más importantes que se tienen que tener en cuenta para reducir la huella ambiental.
Cada día se llevan a cabo centenares de rodajes en nuestro territorio, y de manera involuntaria, pero implícita, generan un impacto en el medio. Repensar las producciones y plantear los planes de rodaje enfocados también a la sostenibilidad es, ahora mismo, una obligación.
Existen algunos recursos enfocados a la producción audiovisual que nos ayudan a encontrar soluciones, como por ejemplo la Barcelona Film Commission y la Catalunya Film Commission, que tienen en su web la Guía de buenas prácticas en la producción audiovisual o la Guía para la incorporación de criterios de sostenibilidad en las filmaciones y los rodajes. También desde el Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC) tienen la Guía completa sobre la incorporación de criterios de sostenibilidad en las filmaciones y los rodajes.
Igualmente, existen certificados específicos como puede ser el Green Film, ahora mismo el único homologado en Europa y que garantiza que se ha llevado a cabo una producción sostenible y respetuosa. Estos tipos de certificados, ahora minoritarios, serán cada vez más imprescindibles para valorar el impacto de cualquier producción.
Hacer producciones más verdes quiere decir apostar desde la dirección, pero también desde el equipo de producción; esto no es cosa de unos cuantos, es cosa de todos. Los presupuestos también se tienen que ajustar hacia estas nuevas medidas. Ya es imprescindible tenerlo en cuenta, porque producir de una manera más eficiente requiere unos esfuerzos enormes y a menudo se tiene que destinar más dinero. Un rodaje sostenible no es más caro, simplemente vale más dinero, unos gastos que compensarán con creces una huella que, si no hacemos nada, sí que nos costará muy cara.
Ya tenemos recursos e información para producir de una manera más eficiente y amable, pero para tener una industria más verde, primero nos lo tenemos que creer de verdad y, sobre todo, ser creativos para llevar a cabo acciones que nos permitan mejorar estas producciones.
