Parece que vuelven los últimos 90 y los primeros 2000. TVE recupera Grand Prix. Telecinco devuelve Allá tú a la parrilla. Todo hace pensar que también resucitará Gran Hermano. De nuevo, Antonio Hidalgo formará pareja con Ana Rosa Quintana por las tardes. Vuelve (una vez más) OT, ahora en Amazon. E incluso Twitch, que tampoco existía entonces, recupera para la plataforma una versión digital del mítico y durante décadas transversal Un, dos, tres, de la mano del streamer TheGrefg, hecho que da continuidad al camino iniciado por Ibai Llanos cuando recuperó a Ramón García para las pasadas Campanadas.
No hace mucho que esta tendencia la vivíamos con los 80, eso sí, desde una vertiente más creativa. Quiero decir que no es lo mismo hacer un reboot de Poltergeist o de ET que hacer Stranger Things. Con los 80 hicimos una revisión o adaptación de la cultura popular existente. En cambio, con los 90 y 2000 estamos tendiendo a recuperar los formatos tal cual. Puede que se reinterpreten o se adapten al tiempo que vivimos, pero la marca y la esencia se mantienen.
Observo que hay ciertos aspectos paradójicos en esta tendencia. Por un lado está la sensación de que nos encontramos ante una crisis creativa que no solo afecta a la televisión, sino también a la música, las letras y las artes en general. Esto ha provocado una oleada conservadora enorme entre las directivas de las cadenas, que a menudo prefieren comprar un formato foráneo contrastado que apostar por una nueva idea autóctona. Tenemos uno de los formatos más exitosos de la televisión creados en casa (Operación Triunfo) y, a la vez, compramos fuera los grandes formatos.
Por otro lado, también veo curioso que estemos ante un ciclo de retorno de elementos de los 90 y los 2000 en esta era de corrección política y conservadurismo social y televisivo. Contradicción que seguro notaremos en el nuevo Grand Prix o en el Un, dos, tres online. Por el bien de la creatividad televisiva del país, espero que este escenario no crezca más (no me quiero imaginar un Furor revisited) y que las cadenas y productoras recuperemos el espíritu creativo que hizo grande a nuestra televisión.


