Hace unas semanas la directora del Institut d’Indústries Culturals de les Illes Balears (ICIB), Cristina Llambias, cesó en su cargo, ligado al final de la legislatura. APAIB había pedido en julio su destitución después de años denunciando el mal funcionamiento de la institución. Todo el sector había asumido con esperanza su llegada, en 2019. De ella se esperaba que solucionara la parálisis del ICIB. Sin embargo, poco después se puso de manifiesto que los problemas se agraviaban: falta de personal cualificado, convocatorias que no se publicaban, que tardaban a resolverse o que se resolvían con errores y, finalmente, y todavía más grave, falta de diálogo.
A pesar de conocer la gravedad de la situación, ni el consejero de Cultura en aquel momento, Miquel Company, ni la presidenta del Gobierno, Francina Armengol, tomaron las medidas necesarias para evitar el desastre.
Este se produjo cuando, justo antes del fin de la legislatura, el consejero de Cultura se despidió de su cargo firmando revocaciones de subvenciones que databan de 2019. Se anunciaba de este modo una sucesión de revocaciones que, previsiblemente, podría afectar a gran parte de las productoras beneficiarias.
El nuevo gobierno se ha encontrado con una situación muy delicada y nos consta que está haciendo importantes esfuerzos para encontrar una solución. Desde APAIB, lo agradecemos. Confiamos en que en las próximas semanas tengamos la anhelada solución jurídica y que se abra una época de diálogo entre la conselleria y el sector, en la cual los productores no seamos vistos como el enemigo. Hace falta una persona experta al frente del ICIB que conozca el sector y la Administración. Alguien con seguridad para guiar el rumbo de una institución que defendemos y que consideramos necesaria, siempre que funcione con la misma eficiencia que el resto de organismos similares que existen dentro del Estado.