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Paradojas

Artículo de Valérie Delpierre, productora de Inicia Films y presidenta de ProFicció, para el InfoPROA del 5 de octubre de 2022

Acabo de leer un artículo que cuestiona la calidad de las series españolas estrenadas este 2022. Y me ha sorprendido, ya que las series viven su auge. Mientras tanto, estamos intentando entender por qué el cine ha perdido tanto público en salas, cuando justamente ha sido un año en el que la calidad del cine español parece en su culmen.

Y tengo la humilde sensación que no se trata tanto de dónde lo ves, sino del qué. La imagen cinematográfica no es mejor que la imagen vista desde un ordenador, un teléfono o una Smart TV. Simplemente es una experiencia diferente y los contenidos responden a códigos distintos.

Y por eso creo que no debemos intentar hacer pasar una cosa por la otra. Como con los estrenos técnicos, por ejemplo, que permiten cubrir unos requisitos legales para poder recibir la denominación de obra cinematográfica con lo que conlleva de acceso a fondos y cumplimiento para con las obligaciones de las teles.

Ojalá la nueva ley, aunque sea más que imperfecta, nos permita convivir sin forzar los formatos. Es algo que nos perjudica a todos. Productores, distribuidores, exhibidores y espectadores. Genera un ruido audiovisual que, en lugar de ofrecer diversidad, congestiona las salas y refuerza la sensación de que para qué ir al cine si luego tenemos la película en plataformas.

Debemos ser más coherentes sobre la oferta y los contenidos más allá de la calidad. Y más en un momento en el que hay una homogeneidad entre los equipos técnicos que trabajan tanto para cine como para plataformas.

El cine puede dar proyección a una película y cierta notoriedad. El espacio privilegiado del cine permite el encuentro entre un autor y su público. Pero tampoco podemos negar la capacidad de las plataformas de llegar a lugares donde estas mismas películas nunca se podrán ver, además de crear un start system que cruza fronteras a un nivel de impacto y una velocidad increíbles.

La cuestión es más si como espectadora vas al cine con las mismas expectativas que cuando buscas en un catálogo de una OTT. Y yo diría que no. Tengo exigencias y criterios en ambos casos, pero no son los mismos. Hemos de ser conscientes de que hoy en día ir al cine no es elegir una película en la cartelera, sino elegir ir a una sala en lugar de: ver una peli en casa, una serie, un canal de Youtube, tu TL de TikTok, unas cápsulas en Blackpills…

Hold my beer!

Escucho a mis compañeros y, a pesar de un cierto pesimismo, nos repetimos el mantra de que nada reemplazará jamás la emoción que surge al ver una película en una sala. Y aunque sea cierto, solo seguiremos yendo al cine si hay algo muy atractivo que nos mueva. Diverso y atractivo.