La marca Barcelona es conocida en todo el mundo. No sólo por el Messi y el Barça, sino por otras muchas cosas como la arquitectura, la comida, el clima y sobre todo por las iniciativas culturales y empresariales de primer orden, como el Mobile World Congress. Este reconocimiento mundial llegó al mundo de los videojuegos hacia 2010-2012 con las primeras grandes empresas del sector estableciéndose en la ciudad. Eran los tiempos de King (Candy Crush), Social Point (Dragon City), siempre con el permiso de Ubisoft, que de la mano de Marie-Thérèse ya había llegado a nuestras tierras años antes (1998).
Desde entonces, cada año, de forma imparable, ha ido proliferando la llegada de nuevas empresas, mayoritariamente de capital extranjero, hasta el punto de que hoy (abril de 2023) ya pocas empresas faltan por aterrizar. Tenemos Epic Games (Fortnite), Tencent, Tilting Point, Smilegate, Scopely, IO Interactive, THQ…. y está a punto de aterrizar la china Netease. Los que esté dedicando un poco de tiempo a leer este artículo se preguntará por qué vienen. Pues porque el balance de calidad/coste es prácticamente inmejorable. Si eliges Berlín o Londres (hubs consolidados de la industria de videojuegos europea) pagarás un 30% más en salarios y te morirás de frío. En Barcelona tenemos universidades de videojuegos desde 2010 (con ENTI como pionera), una ciudad en la que la gente quiere venir a vivir por las razones que todos conocemos y gente con 10-15 años de experiencia, capaz de conducir la llegada y consolidación de un nuevo estudio. Por tanto, si eres una empresa grande, con recursos para crecer y tienes que elegir, vendrás a Barcelona.
Y todo esto está muy bien, pero ¿qué hay de la empresa de videojuegos de raíz catalana? Si nos fijamos en el modelo finlandés, apuesta muy fuerte por este sector, con ayudas que en ocasiones son millonarias, porque sí, cuesta millones hacer un buen juego de PC o de consolas. Es caro y muy complejo, necesitas ingenieros de primer nivel tanto de frente como de backend, buenos creativos, artistas de todas las especialidades (concepto, 3D, animación…) y hacer las cosas extremadamente bien para que la competencia que llega de EEUU y China es bestial.
La gente del sector entendemos que es arriesgado hacer la apuesta, pero pregunte al gobierno finlandés, que actualmente recauda cientos de millones procedentes sólo de los impuestos de sociedad de las empresas de videojuegos que ayudaron hacia el 2008-2012. Apostaron y están recogiendo sus frutos. Pongo el caso de SuperCell, donde el gobierno finlandés depositó 3M de euros a fondo perdido, que desarrolló Clash of Clans y Clash Royale, títulos que aportan más de 300M anuales a la hucha del estado. La industria del videojuego lleva bastantes años facturando más que el cine y la música juntos.
¿Qué debemos hacer los empresarios catalanes que llevamos una o dos décadas apostando por el sector? ¿Y dónde acabamos nosotros sin el apoyo que sí tienen fuera? Pues en manos de capital extranjero o marchando a fortuna. Oportunidad perdida en una industria que marcará las próximas décadas, si no lo está haciendo ya.