La foto. Más de 100 personas bajo un árbol de Navidad, 25 países europeos representados. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Parece que fue ayer cuando desde ProAnimats nos inventamos un congreso para unir a todas las voces de la industria europea de la animación y Mar Sáez Pedrero cogió el timón. “Estáis locos. A nadie le interesa”, nos dijeron. “Es demasiado trabajo”. Como si no estuviéramos acostumbrados a dedicar horas de nuestra vida.
Detrás de la foto, cinco mesas de trabajo con inversores, fondos públicos, televisiones y representantes de asociaciones de empresas distribuidoras, productoras… debatiendo y creando escenarios nuevos de futuro para poder trabajar juntos. 85 personas de toda Europa han venido expresamente a ver a estos locos y traer propuestas concretas para el sector. Y también a ver Barcelona, no nos engañemos, ¡que una cena con vistas fabulosas de la ciudad o una visita al Palau de la Música bien valen tres días de trabajo! Incluso el alcalde nos regala la encendida de luces de Navidad entremedio. ¡No se puede pedir más! Bueno, sí, que el Ayuntamiento de Barcelona pueda formar parte plenamente de Animar en la próxima edición.
Volvamos al tema: una asociación abierta a los socios no solo los hace partícipes de lo que pasa, sino que intenta crear escenarios de futuro donde nuestro trabajo pueda dar mejores frutos. Si no, ¡no sale a cuenta pagar la cuota! No se trata solo de pasar información; el futuro va de esto, de ser más fuertes juntos, generar más alianzas, más estrategias, más compenetración, más diálogo. Había palabras que iban sonando durante las jornadas: reciprocidad, flexibilidad, cooperación… dichas por productoras, teles y también fondos públicos. Desde Screen Ireland a la oficina cultural de cine de Chipre, pasando por TV3 o por la representante de las productoras noruegas.
¿Qué nos une? Todos sufrimos las mismas incertidumbres y todos queremos lo mejor para el sector. Pero es bueno reconocerte en los ojos de los otros y ver que un polaco puede tener las mismas dificultades que tú para poder hacer un largo o una serie. Y todos nos sentamos en la misma mesa para hacer propuestas de mejora no solo local, sino global: compartidas, estudiadas, con estrategia. Para que, si cambia algo en Europa, cambie para todos y nos haga más fuertes.
Y si encima la organización es impecable y así lo reconoce todo el mundo, no podemos más que alegrarnos del trabajo bien hecho. Gracias, Mar, Cecilia, Pau; gracias, ICEC e ICEX, y gracias a todos los que habéis puesto vuestro granito de arena.