Es un lujo poder vivir entre Barcelona y Helsinki y disfrutar de lo mejor de cada ciudad.
Ahora no puedo decir a cuál quiero más, algo que me han preguntado más de una vez. Para mí es como preguntar si quieres más a tu padre o a tu madre. En Finlandia no cabe duda de que la calidad de vida es alta y la educación es muy buena, se han escrito mucho artículos sobre eso. Y este año otra vez hemos sido elegidos el país más feliz del mundo.
Como socia de una productora de animación en cada ciudad, tengo el privilegio de ver nuestra industria desde dentro y desde fuera al mismo tiempo, y tengo muy claro lo que tenemos en Cataluña de extraordinario y único: nuestras ventajas en el escenario internacional son el talento y la colaboración entre las productoras.
Los artistas catalanes que trabajan en animación en este momento tienen un talento excepcional, que no hay que tomar por hecho. Como productores, tenemos que cuidarlos, escucharlos y atraerlos con proyectos de películas y series de animación que les apasionen. Que les interesen lo suficiente como para volver a Cataluña o como para quedarse aquí. Coproducciones y series preciosas y punteras que se fabriquen aquí.
Mucho talento se ha ido a Bélgica, Irlanda y Francia, y eso es bueno porque da a los artistas la experiencia de trabajar en otros idiomas y con equipos internacionales. Pero los productores tenemos que conseguir que vuelvan, porque podemos ser muy grandes si lo hacen.
No sé si este talento se debe a las escuelas, al ecosistema cultural o a la tradición de la industria de la animación, mucho más consolidada aquí que en otros países. La cuestión es que hay que reconocer ese talento y estar orgulloso de él.
Otro factor que nos prepara para el éxito es la cooperación entre productoras de animación y la atmósfera de sana colaboración, que tampoco es algo tan normal en otros países.
Hace tiempo leí un artículo donde comparaban a los grandes chefs de cocina en España -que se apoyan mutuamente sin parar- con los chefs franceses, que conservan un sentido de la competencia más “a la antigua”. Seguro que es esa sensación de apoyo y amistad lo que les ha ayudado a alzarse y a adelantar a la cuisine francesa. ¡Hagamos lo mismo con la animación, sil vous plait!