En junio se celebrará en Valencia Promercat, un mercado audiovisual que impulsa la coproducción con la Comunitat Valenciana. Esta segunda edición marca la consolidación de un nuevo espacio necesario para coproducir entre empresas de la Mediterránea.
Catalunya, Comunitat Valenciana y Baleares comparten una proximidad y una cultura que, más allá de cuestiones políticas, hacen que las alianzas puedan aparecer de forma natural. Alianzas en el ámbito de la coproducción, pero también del marketing, las televisiones y el service.
El problema radica en quién se debería encargar de esta coordinación. ¿Quién tiene presupuesto para ofrecer unas ayudas conjuntas para incentivar la unión de los territorios en el ámbito audiovisual? ¿Las film comissions? ¿Las televisiones?
Dentro del ámbito europeo tenemos la Euroregión Mediterránea, un espacio casi desconocido, pero que tras años de (margen) de financiación de proyectos culturales, y con una presidencia rotatoria, ha conseguido que se vayan creando alianzas entre empresas de Occitania (Francia), Baleares y Catalunya. Es una lástima que la Comunitat Valenciana no entre dentro de este territorio político europeo que comparte una lengua. Estoy hablando de unir inversiones y aumentar públicos, de hacer proyectos más cercanos y sostenibles, con un menor riesgo económico.
Normalmente, las películas hechas en catalán son películas de autor, y muchas de ellas de gran calidad. El ventre del Mar y Alcarràs son buenos ejemplos de proyectos que funcionan muy bien en festivales, como también lo son las películas de Albert Serra, que este año compite en Cannes. Y podría ganar. Y así dos películas catalanas habrían conseguido dos de los premios más importantes del cine internacional.
Talento no falta, falta público y una industria fuerte. Quizás no tenemos un público preparado para disfrutar de este tipo de cine, falta cultura en general y cultura audiovisual.
Quizás también falta dinero para hacer un marketing y una promoción lo suficientemente efectivos para que más gente elija estas obras. Pero creo que también debemos poder hacer proyectos más comerciales, siguiendo el camino de la serie Merlí.
Las televisiones tienen un presupuesto que mengua, y es más necesario que nunca unir fuerzas. IB3, TV3 y À Punt han empezado a coproducir series, pero con un presupuesto ajustado. Es necesario que las televisiones creen algún tipo de convocatoria conjunta para producir entre los tres territorios, al menos, una serie de calidad, un largometraje, un proyecto de animación y un documental cada año.
Esto podría ser una solución para fortalecer las conexiones, fomentar la industria, y atraer a un público necesario para mantener un sector que puede vivir al margen de centralismos.